El actual contexto de desglobalización nos exhorta a analizar las causas de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, así como a reflexionar sobre las consecuencias y los posibles escenarios tanto para las grandes potencias económicas, como para México.

Estudiante de 8° semestre de la Licenciatura en Economía
El 23 de marzo de 2018, Donald Trump firmó el memorándum presidencial donde se introducen los aranceles al acero y aluminio provenientes de China, para así, dar un inicio formal a la guerra comercial entre las dos potencias mundiales.
En rasgos generales, las causas de las acciones proteccionistas de Estados Unidos tanto en contra de China como de otros países se atribuyen a factores internos y externos, y por supuesto, responden a los intereses de la potencia americana. Destaca el hecho de que apoyar a los productores nacionales a través de la limitación de la competencia extranjera podría aumentar el volumen de producción doméstica, específicamente de acero y aluminio. Asimismo, el persistente saldo negativo de la cuenta corriente estadounidense jugó un papel primordial en el inicio de esta guerra (Kapustina et al., 2020).
Más a profundidad, Kapustina et al. (2020) hacen notar cuatro causas fundamentales para la guerra comercial entre Estados Unidos y China: 1) la narrativa política del presidente Trump clamaba que la imposición de aranceles a las importaciones chinas reduciría el déficit del comercio bilateral y fomentaría la creación de empleos en Estados Unidos (Suisheng y Guo, 2019). En 2017, China representó el 47% del déficit de la balanza comercial estadounidense. 2) Una importante motivación para la guerra comercial era evitar que China avanzara en su desarrollo de alta tecnología a expensas de Estados Unidos. La Estrategia de Seguridad Nacional declaró en 2017 que cientos de miles de millones de dólares en tecnología se transmitían a China cada año. Dada la estrecha relación entre el desarrollo de alta tecnología y la seguridad nacional, la administración Trump aumentó las restricciones a las inversiones chinas en tecnología estadounidense y los controles de exportación (Suisheng y Guo, 2019). 3) Otra de las intenciones de la guerra comercial era impedir el fortalecimiento de la fuerza militar de China, por lo tanto, Estados Unidos decidió tomar medidas para garantizar su ventaja competitiva en el sector de seguridad nacional. 4) Finalmente, se suponía que la guerra comercial reduciría el déficit presupuestario federal estadounidense, el cual superó los 21 miles de millones de dólares, atribuido principalmente a los recortes de impuestos en 2017. De manera adicional, China gozaba de una posición fiscal mucho más saludable y tuvo la libertad de compensar a cualquier industria perjudicada por una guerra comercial (Legrain, 2018).
El impacto de la disputa entre las dos principales potencias económicas mundiales ha traído solo perdedores, tal como lo afirmó el ministro de Comercio chino Zhong Zhang: “No hay ganadores en una guerra comercial” y, lamentablemente, los grandes perdedores han sido no sólo las economías de ambos países, sino la economía global.
En otro orden de ideas, China ha comprendido que la etapa del alto crecimiento económico basado en las ventajas comparativas y competitivas tradicionales llegó a su fin, además, reconoció que el regreso del proteccionismo estadounidense agudizó la tendencia hacia la ralentización de la economía. Sin importar cuál sea la resolución del conflicto, y tomando en cuenta el entorno de alta incertidumbre detonado por otros conflictos sociopolíticos y la crisis sanitaria, la economía global entrará y permanecerá en una etapa de menor crecimiento económico (González, 2020). Esto conlleva implicaciones globales que obligarán no solo a China y a Estados Unidos, sino a un número más amplio de naciones a reevaluar la forma en que se toman decisiones y se reacciona al contexto internacional.
Ahora bien, los consumidores de Estados Unidos y China son inequívocamente los perdedores de las tensiones comerciales. Investigadores y académicos han encontrado que los aranceles han sido absorbidos principalmente por los importadores estadounidenses, mientras que algunos de los aranceles han sido trasladados a los consumidores estadounidenses y algunos otros han sido absorbidos por empresas importadoras a través de márgenes de beneficio más bajos. Es posible afirmar que el efecto directo sobre la inflación puede ser pequeño, sin embargo, podría generar efectos más amplios a través de un aumento en los precios de los competidores nacionales (Fondo Monetario Internacional [IMF], 2019).
Por otro lado, el efecto que la guerra comercial ha tenido sobre los productores es más heterogéneo. Algunos productores estadounidenses y chinos de bienes que compiten en los mercados nacionales con importaciones afectadas por aranceles, así como exportadores de terceros países competidores, son posibles ganadores. Sin embargo, los productores estadounidenses y chinos de bienes afectados por los aranceles, así como los productores que utilizan esos bienes como insumos intermedios, son perdedores potenciales. Otro canal por el cual los productores podrían verse afectados es a través de la segmentación del mercado en el precio de los bienes comercializados. Tal es el caso de la soya, donde las exportaciones de Estados Unidos a China cayeron drásticamente en 2018 después de que China impusiera aranceles.
Finalmente, pero no menos relevante, puede que a mediano y largo plazo países como México, Taiwán y algunos otros pertenecientes a la Unión Europea se vean beneficiados como consecuencia de las decisiones de inversión y comercio internacional que asuman tanto Estados Unidos como China. Los datos de comercio bilateral entre Estados Unidos y China sugieren que se ha producido una desviación del comercio, puesto que la disminución de las importaciones de China parece haber sido compensada por un aumento de las importaciones de otros países. Por ejemplo, las importaciones de Estados Unidos desde México aumentaron significativamente entre algunos bienes a los que se les impuso aranceles (González, 2020).
Como último aspecto, cabe destacar el papel que juega México en las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. La participación de China en el comercio, importaciones y exportaciones de Estados Unidos se desplomó durante 2017-2019 en -2.86%, -3.51% y -1.92%, lo cual permitió que México se convirtiera en 2019 en el primer socio comercial de Estados Unidos (Dussel, 2021). Como lo plantea Dussel (2021) existen actividades específicas con potencial exportador por parte de México. Se presentan preliminarmente tres grupos de actividades relevantes, todas con una dinámica llamativa en exportaciones y alta tecnología. Por un lado, hay actividades cuyas importaciones estadounidenses desde México han sido afectadas rápidamente por el desplome del comercio con China; asimismo, existe un grupo de actividades en el que, no obstante el desplome de la cuota de mercado de China, México no incrementó su cuota en Estados Unidos; y, por último, hay un tercer grupo de actividades en las que ni México ni China se ven afectados por la guerra comercial. De entre las actividades de estos tres grupos destacan la manufactura de autopartes, vehículos, material ferroviario, tejidos y sombreros y casi doscientas actividades con potencial exportador de México a Estados Unidos. Dussel (2021) sugiere con urgencia el diseño de un “Programa de Fomento al Comercio Exterior de México 2020-2030” con base en su análisis propuesto de actividades específicas, para así fomentar el crecimiento económico de nuestra nación sin dejar su reputación como uno de los casos más exitosos de la orientación hacia las exportaciones.
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Bibliografía
Deutsche Welle (www.dw.com). (2020). ¿Cómo afectan a México los aranceles entre China y EE. UU.? DW.COM. https://www.dw.com/es/c%C3%B3mo-ha-afectado-a-m%C3%A9xico-la-disputa-comercial-entre-estados-unidos-y-china/a-55418103
Dussel, E. (2021, octubre). Oportunidades comerciales para México en el contexto de las tensiones entre Estados Unidos y China a partir de 2017. https://dusselpeters.com/356.pdf
González García, J. (2020). Causas, evolución y perspectivas de la guerra comercial para China. Análisis Económico, 35(2), 91–116. https://doi.org/10.24275/uam/azc/dcsh/ae/2020v35n2/gonzalez
IMF. (2019, 23 mayo). The Impact of US-China Trade Tensions. IMF Blog. https://blogs.imf.org/2019/05/23/the-impact-of-us-china-trade-tensions/
Kapustina, L., Lipková, U., Silin, Y., & Drevalev, A. (2020). US-China Trade War: Causes and Outcomes. SHS Web of Conferences, 73, 01012. https://doi.org/10.1051/shsconf/20207301012
Legrain, P. (2019, 25 julio). Why China Will Win the Trade War. Foreign Policy. https://foreignpolicy.com/2018/04/13/why-china-will-win-the-trade-war/
Suisheng, Z. (2019, 15 diciembre). A New Cold War? Causes and Future of the Emerging US-China Rivalry | Suisheng | Vestnik RUDN. International Relations. VESTNIK RUDN. INTERNATIONAL RELATIONS. http://journals.rudn.ru/international-relations/article/view/20848/16812
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