La disputa entre el congreso estadounidense y las principales empresas tecnológicas sobre un posible ejercicio indebido de poder de mercado sigue latente y se prevé que avance en los próximos meses.
Alejandro Márquez Hill
Estudiante de 7° semestre de Economía
En el marco de las elecciones presidenciales, en Estados Unidos se ha puesto en segundo plano un tema que hace algunos meses cobró suma relevancia. El pasado mes de julio, el congreso citó a los directores generales de Amazon, Apple, Alphabet (Google) y Facebook para plantear ciertos cuestionamientos relacionados con la existencia de prácticas monopólicas por parte de los implicados. Los miembros del congreso argumentaron, con base en evidencia obtenida a partir de meses de investigación, que las cuatro empresas realizan desplazamientos indebidos de su competencia y atentan contra el bienestar de los consumidores. Entre estas prácticas estaba, por ejemplo, el impedimento de ciertas empresas de promocionarse en su plataforma, así como el mal uso de los datos e información de sus usuarios.
Una vez concluida esa primera intervención, el subcomité dedicado al rubro antimonopólico dirigió sus esfuerzos a la elaboración de un reporte que ahondara de manera extensa en las prácticas realizadas por las entidades y en las estrategias regulatorias que se podrían llevar a cabo para contrarrestarlas. El pasado 6 de octubre, el subcomité de la Cámara de Representantes indicó que “existe evidencia significativa para demostrar que la conducta anticompetitiva de las empresas ha obstaculizado la innovación, reducido las opciones del consumidor y debilitado la democracia” (Feiner, 2020). El congreso argumenta que estas cuatro empresas poseen poder sustancial de mercado y que además ejercen esta dominancia con fines perjudiciales tanto para demás empresas como para su clientela. A su vez, proponen estrategias para restaurar la competencia en el mercado digital y fortalecer las leyes antimonopolio y su aplicación.
Ahora bien, los dos principales estatutos sobre los que está basada la regulación antimonopolios en Estados Unidos son la Ley Sherman Antitrust (ley de monopolios), constituida en 1890, y la Ley Clayton Antitrust (ley de fusiones), establecida en 1914. Si bien, estas dos leyes han sido el pilar fundacional durante más de un siglo en materia de regulación, es evidente que conforme la industria tecnológica avanza, ciertas cuestiones que no se contemplan en las actas pueden ser consideradas en el marco contemporáneo como anticompetitivas. Es debido a la naturaleza de las prácticas realizadas por estas cuatro compañías que se prevé que el Congreso intente hacer modificaciones a la ley que permitan ampliar las fracciones relacionadas con prácticas anticompetitivas y se otorguen vías legislativas óptimas para continuar con el proceso.
El conflicto ha sido motivo de disputa entre aquellos que promueven una resolución que logre diluir el poder de mercado de las compañías y aquellos que defienden el libre crecimiento de las empresas sin necesidad de la intervención del Estado. A mí parecer, la cuestión radica en que la estructura, el modelo de negocio y el alcance que estas compañías poseen -aunadas a muchas otras en el ámbito tecnológico- son todavía de carácter desconocido, o al menos inexplorado, para los miembros de la Cámara de Representantes y para la sociedad en general. El amplio manejo de información y datos que las empresas operan, la manera en que generan ingresos y la constante innovación que realizan, son algunas de las características que hacen de este caso una situación inédita para el marco regulatorio.
Diversos representantes del Congreso hacen énfasis en la capacidad que la recolección de datos otorga a las compañías en materia de desplazamiento de competidores y captación de consumidores. Los congresistas explican que la enorme cantidad de información que logran acaudalar, no solo de usuarios sino también de empresas que forman parte de sus plataformas, facilita la realización de conductas que atentan contra la competitividad y la innovación. Por ejemplo, exponen que Amazon utiliza la información de vendedores independientes dentro de su plataforma para observar qué productos se están vendiendo más y de esa manera incrementar su oferta en esos determinados bienes, desplazando de esta manera a las empresas independientes que en un principio eran quienes satisfacían la demanda. Por otro lado, detallan cómo Google, antes del lanzamiento de Google Chrome, utilizó información de Gmail para saber cuáles eran los principales sitios de internet a los que los usuarios atendían y poder impulsar en mayor medida su nuevo producto.
Se espera que en los próximos meses se produzcan avances en materia legislativa y que a su vez las cuatro compañías construyan una defensa sólida intentando ralentizar y fisurar el proceso. Ambos segmentos de la Cámara de Representantes, republicanos y demócratas, parecen estar coordinados en este rubro y esperan consolidar sus objetivos en torno a la reformación del marco regulatorio vigente.
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Referencias
Feiner, L. (2020, 7 octubre). Congress just finished its Big Tech antitrust report – now it’s time to rewrite the laws. CNBC. https://www.cnbc.com/2020/10/07/after-congress-big-tech-antitrust-report-its-time-to-rewrite-the-laws.html
Fung, B. (2020, 7 octubre). House report accuses Big Tech of «monopoly power». CNN. https://edition.cnn.com/2020/10/06/tech/congress-big-tech-antitrust-report/index.html
Fung, B. (2020, 10 octubre). House antitrust report: Why Big Tech monopolies are so powerful. CNN. https://edition.cnn.com/2020/10/10/tech/apple-amazon-facebook-amazon-monopoly-data/index.html
McLaughlin, D. (2020, 13 octubre). Washington’s One-Two Antitrust Punch Is About to Smack Big Tech. Bloomberg. https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-10-13/washington-s-one-two-antitrust-punch-is-about-to-smack-big-tech
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