La semana pasada se cumplieron cinco meses desde que el gobierno de los Estados Unidos acusó formalmente de narcoterroristas a altos miembros de la dictadura venezolana, y ofreció recompensas millonarias a cambio de información relevante para su captura.
- Eugenia Valentina Shumitzky Acevedo Estudiante de 5º semestre de Economía
El 26 de marzo de este año, el secretario de justicia de EEUU William Barr, acusó al líder del régimen venezolano, Nicolás Maduro, de corrupción, narcoterrorismo y blanqueo de capitales, y anunció que el Departamento de Estado ofrece 15 millones de dólares a cambio de cualquier información que pueda ser útil para su captura. Esta recompensa es la cuarta más alta en la historia por un criminal internacional. Adicionalmente, ofreció 10 millones de dólares a cambio de información para la captura de otros altos mandos, tales como Diosdado Cabello, expresidente de la Asamblea Nacional, Hugo Carvajal, general retirado y antiguo líder de inteligencia militar, Clíver Alcalá, mayor general retirado del Ejército, y Tareck el Aissami, exvicepresidente y actual Ministro de Industrias y Producción Nacional.
Han pasado cinco meses desde este anuncio y la información disponible con respecto al tema parece ser aún muy limitada, lo cual nos hace preguntarnos ¿por qué Nicolás Maduro vale 15 millones de dólares? Para poder entender mejor de qué trata todo este escándalo, hay que entender, en primer lugar, que no es un problema reciente e insignificante, sino que se trata de una red de crimen organizado que opera desde hace más de 20 años. Según los testimonios del exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, Mike Virgil, desde la llegada de Hugo Chávez a la presidencia a finales de los noventa, ha habido relaciones entre el gobierno venezolano, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “el Chapo” Guzmán. Virgil explica que el chavismo ha ofrecido, desde hace más de 20 años, una ruta segura para que la guerrilla colombiana trafique toneladas de cocaína, principalmente, hacia los Estados Unidos.
¿Cómo funciona esta red de narcotráfico? Las FARC han financiado desde hace varias décadas sus actividades criminales por medio de la producción y distribución ilícita de drogas. Por otro lado, desde antes de 1999, los altos mandos militares de las Fuerzas Armadas de Venezuela, estaban asociados con el narcotráfico bajo una organización conocida como el Cartel de los Soles, que debe su nombre a las insignias en forma de soles que representan el rango de General dentro del ejército del país. Este sistema de corrupción se fortaleció como nunca antes cuando Chávez fue electo presidente, ya que, desde entonces, se estableció una conexión con las FARC que ha permitido el tráfico de cocaína colombiana hacia México por una ruta segura, para posteriormente ser introducida en EEUU por el cartel de Sinaloa. Durante todos estos años, el chavismo facilitó no solo el tráfico, sino también la producción de la droga dentro del territorio venezolano, corrompiendo el sistema de poderes públicos y convirtiendo a Venezuela en un narcoestado.
Nicolás Maduro asume la Presidencia tras la muerte de Chávez en 2013, y desde entonces tanto él, como Cabello, el Aissami, entre otros, han estado en la mira de la administración estadounidense, por estar ligados directamente al cartel de los Soles, que cada día juega un papel más activo en el narcotráfico. De hecho, el 10 de noviembre de 2015, Efraín Campo Flores y Francisco Flores de Freitas, dos sobrinos de Maduro, fueron arrestados por la DEA en Haití tras intentar introducir a los Estados Unidos 800 kilogramos de cocaína. Dos años después, el tribunal federal de Nueva York les dictó la sentencia de 18 años de prisión y una multa de 50,000 dólares; sin embargo, la DEA aún afirma que los “narcosobrinos” son solo la punta del iceberg de toda una red de crimen.
La participación de Nicolás Maduro y del cartel cobró más importancia tras los acuerdos de paz llevados a cabo en Colombia, entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. A finales de 2016, se negoció en Oslo y en La Habana un tratado de paz entre la guerrilla y el gobierno, en el cual se le solicitó al grupo entregar sus armas y detener sus actividades delictivas a cambio de tener representación legítima en los poderes públicos colombianos. Esto, a ojos de muchos, fue considerado un éxito histórico, pero lamentablemente, el grueso de las FARC fue recibido dentro del territorio venezolano por Maduro, quien les cedió el control total del Estado Bolívar y otros estados fronterizos con Colombia, para continuar, no solo con la producción y el tráfico de narcóticos, ahora desde el territorio venezolano, sino también para la explotación y venta de minerales en el mercado negro. Luego de comentar esto, creo que debemos ser escépticos sobre los hechos que ocurren a nuestro alrededor, sobre todo cuando estos involucran gobiernos corruptos plagados de delincuentes.
Los cuerpos de inteligencia de los EEUU saben desde principios de los 2000, que el gobierno de Venezuela es un narcoestado relacionado con varias de las instituciones criminales más importantes de la región, pero ninguna de las administraciones anteriores había hecho anuncios oficiales con respecto al tema. En 20 años, es la primera vez que se denuncia pública y enfáticamente a esta red de crimen, que trafica entre 200 y 250 toneladas de cocaína al año hacia los EEUU. Es por esto que considero necesario darle al tema la importancia y la cobertura que se merece, principalmente para hacerle justicia a todas las personas que han sido y siguen siendo, víctimas de la violencia que los carteles han generado en tantos países de América Latina. Es válido decir que Maduro vale mucho más que una recompensa de 15 millones de dólares.
- Fuentes
https://elpais.com/internacional/2018/07/23/colombia/1532308717_696133.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52058974
https://elpais.com/internacional/2018/07/23/colombia/1532308717_696133.html
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