De rápidos y furiosos a lentos y precavidos

De las partes automovilísticas importadas desde Detroit, el 40% vienen de nuestro país. Con nuestras plantas cerradas, sus contrapartes americanas no pueden trabajar.
  • Tania de la Garza Estudiante de 2º semestre de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno.

La relación entre México y Estados Unidos se está poniendo a prueba. No es ningún secreto que el presidente estadounidense quiere abrir su país lo más pronto posible. A pesar de haber una gran número de americanos que se oponen a levantar la cuarentena, Trump no exige lo mismo de México. Grupos de cabildeo así como empresas americanas en México no dejan de presionar el reinicio de operaciones sin importar la contingencia. Es decir, mientras que el subsecretario de salud, Hugo López Gatell, insiste en que solo las empresas de necesidad continúen operaciones, Estados Unidos exige que sus plantas en México se mantengan abiertas como necesidad (para ellos). 

La realidad es que Estados Unidos depende de los mexicanos. Actualmente, México es el octavo productor de carros ligeros a nivel mundial. El sector automotriz es esencial para la economía mexicana, siendo ese sector responsable del 6% del PIB nacional y del 18% de la producción de manufactura. Estados Unidos es el cliente principal del sector automotriz en México e igualmente, México es su principal proveedor. De las partes automovilísticas importadas a Detroit, el 40% vienen de nuestro país. Con nuestras plantas cerradas, sus contrapartes americanas no pueden trabajar. A pesar de las muchas oportunidades que el T-MEC ha otorgado a ambos países de fortalecer su relación y sus oportunidades en el sector automotriz, mientras perdure la cuarentena cómo síntoma de la crisis económica que se vive a nivel mundial, se pone en riesgo mucho de lo que se ha logrado en todos los sectores. De distintas maneras se puede decir que esta situación ha demostrado la realidad, las fallas y las fortalezas de mucho y muchos. 

El embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, expresó hace unas semanas en su cuenta de Twitter que una falta de coordinación entre los países norteamericanos puede destruir sus acuerdos. Agregó que la destrucción de la economía también es un riesgo de salud y comparó el virus a los accidentes automovilísticos: siempre ocurren, pero no por eso no dejamos de usar los carros. La presión hacia el gobierno mexicano no solo viene de los políticos y de su embajador, ya que hasta los mismos empresarios americanos se han expresado en contra de las medidas de protección propuestas por el subsecretario López Gatell e inclusive del mismo presidente López Obrador. En una carta por parte de más de 300 ejecutivos americanos, felicitaron a Andrés Manuel por las medidas de precaución que ha tomado para proteger al país, pero comparten su preocupación, junto con Trump y todo su gabinete, por la interrupción de producción en las fábricas de sus empresas. 

Expertos en el sector de salud se postulan en contra de la reapertura de fábricas, puesto que pueden ser sitio de contagio masivo. Sin embargo, varios políticos de los estados fronterizos han empezado a ceder. El estado de Baja California cedió ante la presión, y se han abierto al menos doce plantas recientemente, aún después de más de 15 muertes de trabajadores en Tijuana y Cd. Juárez. El presidente López Obrador ha dicho que siguen las negociaciones entre Estados Unidos y México para poder lograr un acuerdo ante la situación. 

Parece ser que una vez más durante esta crisis se debe de tomar una decisión entre dos riesgos. Por un lado, las plantas podrían volver a abrir trabajando con menos rendimiento, muy por debajo de su capacidad productiva, poniendo en riesgo la salud de los trabajadores y sus familias, pero mejorando la relación con Estados Unidos y asegurando empleo a miles de mexicanos y estadounidenses, además de un tanto amistoso en el futuro. Por otro, las plantas pueden continuar cerradas, evitando a medida de lo posible el contagio y fallecimiento de los empleados, pero sacrificando gran parte de la economía, los empleos en el corto y mediano plazo en ambos lados de la frontera y debilitar de gran manera la relación con el país vecino.El panorama no se ve favorable, pero se debe hacer tomar lo más pronto posible una decisión. 

  • Fuentes

Crédito de la imagen: https://www.freepik.com/free-vector/car-assembly-line-illustration_3296490.htm#page=1&query=car%20manufacturing&position=30

Las opiniones aquí expresadas son exclusivas de su autor/autora y no representan la ideología del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del mismo, el Departamento de Economía, así como a la Sociedad de Alumnos de Licenciado en Economía.

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